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  • Foto del escritorAteneo de Ocaña

Por qué tener interés por la historia

Actualizado: 25 jun 2021

Hoy en día, el público en general no le damos la importancia debida a la historia, pero tenemos la obligación de recordarla y el Ateneo de Ocaña tiene como prioridad, entre otras cosas, su difusión.


Siempre hacemos hincapié en por qué la historia debería tener una mayor importancia en nuestras vidas como algo que nos debería ayudar a conformar una sociedad mejor, pero también como una satisfacción por la curiosidad que todo ser humano debería cultivar, y para ello les pondremos algunos ejemplos de cómo la historia es algo entretenido e interesante para personas que, no siendo historiadores, sí nos interesa la historia.


En general, lo que conocemos de la historia son sus batallas, sus tratados, sus reyes, sus validos, sus gobernantes, pero reparamos menos en el contexto y las circunstancias, y es, por esos detalles por los que podemos comprender mejor al género humano, son los que nos hacen pensar que la historia es algo más que una línea de tiempo. Algunas son leyendas que se repiten por todos los pueblos del mundo y otras, aunque están corroboradas, son poco conocidas.


Si les preguntáramos ¿Cuántos saben quién es Churchill?, la gran mayoría sabría decir que fue Primer Ministro Británico y uno de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Pero si les preguntáramos ¿Quién fue Chamberlain? Muy pocos sabrían decir que fue el predecesor de Churchill. El que esperó hasta el último minuto negociando con la Alemania Nazi para evitar la guerra. Por eso les lanzamos la siguiente cuestión: ¿Es justo que tenga mayor reconocimiento en la historia el que venció? ¿No sería más justo que el héroe hubiera sido quien trató hasta la extenuación de evitar la guerra, quien intentó evitar otra guerra?


Lo que nos lleva a otra faceta que tiene la historia, el hacer juicios sobre los hechos que pasaron. No hay que juzgar la historia, solo conocerla. Los hechos que suceden son fruto de su época. Está claro que hoy en día, no entendemos que los conflictos se solventen de forma bélica, cosa que en la antigüedad parece ser más que evidente.


Por eso mismo, nosotros hemos tenido debates dentro del Ateneo sobre datos históricos como la capitalidad de Ocaña durante la II República tras perder el bando republicano la ciudad de Toledo. Eso es lo que el Ateneo de Ocaña pretende cuando decimos que nos vamos a dedicar a promover el estudio, el debate y la difusión de la historia.

En otros casos, como el feminismo, tan traído y llevado últimamente, como todas las reclamaciones de derechos, fue algo no organizado de manera formal como se entiende ahora. Una de las primeras formas de protesta por la desigualdad la llevaron a cabo un grupo de mujeres intelectuales en su gran mayoría, conocidas como “Las sin sombrero” que comenzaron a reclamar su derecho a ser iguales con el simple gesto de no llevar sombrero en público. Otras como Concepción Arenal, abogada y escritora, y más conocida como la visitadora de cárceles porque se dedicó a reclamar mejoras para las presas en las cárceles que hasta entonces se encontraban en situaciones inhumanas, y que más tarde contribuyó a reformar el sistema penitenciario en España. O, la más conocida, Clara Campoamor, por ser la impulsora de lograr el derecho al voto de la mujer. Lo que conlleva también muchos detalles curiosos que por ser muy extensos no vamos a detallar. Pero si les interesa, les recomendamos que investiguen, no resulta complicado hoy en día.


Además, hay detalles, equivocados o no, de la historia que conforman la idea del mundo que tenemos, como que en la prehistoria la mujer no cazaba. Más difícil será desentrañar el por qué, si es algo a lo que hemos llegado por azar o si por el contrario alguien tenía algún interés especial en que lo creyéramos.


Lo cierto es que desde el Paleolítico hasta la Edad de los Metales, las mujeres no solo realizaban tareas de reproducción y manutención a las que tradicionalmente se las ha vinculado, sino que participaban también en los trabajos fuera del ámbito doméstico. El objetivo era el mismo: la supervivencia. “A la hora de asegurar la subsistencia, todo el grupo colaboraba”.


Otra curiosidad más de la prehistoria: Si les preguntáramos a qué especie pertenecemos, el 99,9% diría completamente convencido Homo Sapiens. Pero lo cierto es que los Europeos somos mestizos desde hace 100.000 años, cuando se produjo el cruce entre el sapiens y el neandertal. Al igual que le sucede a los asiáticos, que son el resultado del cruce entre Sapiens y Denisovanos, ya que en aquella época sí convivían como mínimo 3 especies de homínidos inteligentes distintas, así que la conclusión a la que llegamos es que el cruce de especies distintas no condujo al apocalipsis.


Por eso está en nuestra mano que para las siguientes generaciones el futuro sea mejor que nuestro pasado. Canta Diego “El cigala” “Si las cosas que uno quiere se pudieran alcanzar” y gracias a ese anhelo de los seres humanos, desde el origen de los tiempos hemos conseguido llegar como especie hasta nuestros días con todos los avances tecnológicos, sociales y vitales. Ahora dicen expertos en diversos ámbitos que en 30 años se perderán la mitad de los puestos de trabajo porque serán sustituidos por máquinas, con lo que ello acarreará: desempleo, pobreza, etc..., y aunque esta vez parece estar más cerca que se haga realidad, no es la primera vez que se vaticina.


En resumen, la historia nos debe hacer llegar a la conclusión de que si no hay cambio no se avanza. Pero el cambio no quiere decir que tengan que cambiar sus mitos. No quiere decir que tengan que cambiar sus tradiciones, porque esas cosas son sus señas de identidad, pero sí debemos cambiar de actitud. En la historia tienen ejemplos de cómo cuando la Mesa de Ocaña se ha abierto ha conseguido que todas sus gentes vivieran con prosperidad (sirva de ejemplo que los mejores guantes de Europa se fabricaban en Ocaña). Señala el dicho que la mente es como un paracaídas, si no se abre no sirve para nada. Abramos la mente: lo distinto, lo diferente, no tiene por qué ser malo. Si alguien de fuera, en la antigüedad no nos hubiese enseñado que mezclar unos metales en lugar de otros, no se hubiera avanzado. El miedo al cambio siempre ha estado presente en la sociedad a través de los siglos y solo sirve para anular el sentido común. Solo aquellos que han apostado por cambiar han progresado y a su vez han afianzado la esencia que los distinguía del resto.


Otra conclusión que extraemos de la historia es que la sociedad humana siempre se ha movido por 2 cosas: el miedo y la esperanza. Cuando lo hemos hecho por miedo hemos escrito los pasajes más oscuros de nuestra historia, y eso lo resume muy bien una frase que le dice el Maestro Yoda al pequeño Anakin Skywalker en una de las películas de la Guerra de las Galaxias “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento.”


Por el contrario, cuando como especie hemos puesto esperanza en nuestro futuro, desgraciadamente siempre en periodo de entreguerras, hemos conseguido grandes logros sociales y tecnológicos. Así que, como no podía ser de otra forma, solo podemos rendir homenaje a todos aquellos que buscaron sinceramente la paz y el progreso de la humanidad, especialmente a los vecinos de la Mesa de Ocaña que contribuyen a fomentar el entendimiento en contraposición al enfrentamiento.


Y para finalizar, y siendo el 80 aniversario de su muerte, citaremos un poema de Antonio Machado, que tiene mucho que ver con lo último que les hemos narrado:


¿Conoces los invisibles hiladores de los sueños? Son dos: la verde esperanza y el torvo miedo. Apuesta tienen de quien hile más y más ligero, ella, su copo dorado; el, su copo negro. Con el hilo que nos dan tejemos, cuando tejemos.


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